CAPITULO 22

Me acuerdo que me desperté sintiendo que el mundo se me venía abajo. Fui directamente al baño a darme una ducha de agua fría para reanimarme. Me vestí y bajé a la sala. No había nadie. Me preparé algo para el estómago y me senté en la sala con intención de ver la tele, pero cuando voy a agarrar el control remoto veo un sobre que dice Tom. Lo abro y veo que adentro hay un papel con la letra de Bill.
“Andá a esta dirección, vamos a estar con los chicos allá, no te pudimos despertar. No tardes”.
Por supuesto no entendí nada. Pero quizás era por el disco. No iba a ser la primera vez que nos cambiaran la dirección a último momento. Agarré las llaves del coche y me fui para allá. Era una dirección que estaba algo alejada de la capital. Tuve que preguntar si iba bien un par de veces, hasta que por fin llegué. Era un edificio algo antiguo pero agradable. Me dirigí al piso 3 como me indicaba el papelito. Cuando bajé del ascensor vi una grandes puertas de vidrio, pero no vi a nadie ni escuché nada. Entré despacio. Nadie. Estaba empezando a pensar que los chicos me habían hecho una broma. Entonces escuché una música que se escuchaba como de lejos. Decidí preguntar por los chicos ahí. La puerta estaba entreabierta así que sin golpear entré.
Una vez vi una película donde la protagonista se da una sobredosis fatal de heroína y su compañero desesperado recurre a un dealer para que lo ayude. Entonces este hombre saca una gran jeringa y le inyecta adrenalina en el corazón y ella revive. Bueno, en ese momento yo era el protagonista de esa película. Cuando entré y la vi ahí, parada con la cabeza apoyada en sus antebrazos y apoyada en la barra fue como si me hubiesen inyectado adrenalina porque de repente volví a nacer de golpe. Ella levantó la cabeza sin percatarse todavía de mi presencia pero entonces miró al espejo que tenía delante suyo y abrió sus maravillosos ojos de sorpresa. Se giró y se llevó ambas manos a la boca.
Yo no podía moverme, estaba mirándola sin poder creérmelo todavía, entonces ella corrió hacia mí y se colgó a mi cuello. Noté que lloraba y la abracé con fuerza. Sintiendo ese olor que tanto extrañaba. No creo que alguien sea capaz de sentir todo lo que yo sentí cuando la tuve nuevamente en mis brazos. Sin poder contenerme más la besé con desesperación. Sintiendo el gusto salado de las lágrimas que en ese momento no supe si eran suyas o mías, porque cuando me quise dar cuenta yo también tenía la cara surcada de lágrimas.
-Tom- decía ella entre sollozos- viniste a buscarme…
-Una vez te dije que por vos iría hasta el fin del mundo…te amo
Nos besamos largamente, recuperando el tiempo perdido, amándola infinitamente, sentía que si la soltaba la iba a volver a perder…y no estaba dispuesto a eso. Ella era mía.
Caímos al piso besándonos y quitándonos la ropa al mismo tiempo. Volver a ver, a sentir su cuerpo desnudo una vez más fue la mejor sensación que tuve en mi vida. Era mucho más perfecta de lo que la recordaba. Besé su cuerpo despacio, deteniéndome con placer en cada parte de esa diosa que estaba a mi merced.
-Por favor nunca más te vayas de mi lado- dije lastimeramente.
Ella soltó una de sus carcajadas y nuevamente la estreché en mis brazos. Necesitaba su contacto todo el tiempo. Ese cuerpo de delirio era mi refugio.
-Te lo prometo- dijo ella agarrando mi cara entre sus manos. Acercó su boca a la mía y me besó. Y volví a ser feliz, porque al fin había encontrado mi razón de vivir, al fin supe porque estaba yo en el mundo. Estaba por y para ella. Ella era mi mundo, ella solamente sabía como hacer estremecer de pasión mi vida, mis días…suspiré aliviado.
No sé cuanto tiempo estuvimos así, pero tampoco me importo. Lo demás no importaba si yo estaba justamente donde quería estar. Lástima que uno no pueda retener los momentos únicos, esos momentos irrepetibles, esos momentos que nos marcan para toda la vida. Ese fue mi momento perfecto. No podía desear más.

FIN

CAPITULO 21

Abriéndome paso entre la gente logré llegar al lugar donde estaban los chicos y me senté, totalmente derrotado en el sillón. Veía como los demás se divertían y más rabia me daba sentirme fuera de todo. Me dediqué a tomar todo lo que me ofrecían, sin prestar demasiada atención a nada ni a nadie. Me sentía vacío, un muñeco sin relleno. Me faltaba una parte, precisamente esa parte que hacia que mi vida tuviera sentido.
Se me vinieron a la cabeza las imágenes de todo lo que habíamos vivido juntos, de su risa hermosa, de sus piernas perfectas, de su cuerpo de delirio, de su perfume. Me estremecí involuntariamente y apuré otro trago. Noté que alguien se sentaba a mi lado
y me sacudía el brazo. Era mi hermano.
-¿Qué pasa hermanito?- le pregunté palmeándole la espalda
-Basta. Ya me decís que te está pasando!- dijo a los gritos, ya que la música no permitía hacerlo de otro modo.
Lo miré, buscando un poco de lucidez para decirle todo de una vez y acabar con mi martirio.
-Perdoname- fue todo lo que me salió…y ya no recuerdo más.


Narra Bill
Al principio pensé que era porque se había tomado todo lo que había en la barra, pero luego todo fue tomando forma. Las cosas empezaron a tomar sentido. Mientras él se desahogaba empecé a vivir todo de nuevo. Kessi. Todo era por ella.
Parecía tan lejano el día que la vi por primera vez que hasta casi lo había olvidado. Creo que quedé deslumbrado con sus ojos. Nadie que hubiese visto esos ojos podía mantenerse indiferente a ella. Sí, claro que me gustó ella. Era preciosa, eso no lo negaba. Además tenía una personalidad avasallante. ¿Pero qué iba a imaginarme yo que él ya la conocía y que se había inventado esa salida sólo para verla? Y a decir verdad si me lo hubiese dicho no le hubiera creído. No era propio de Tom el andar inventando excusas para ganarse a las chicas. Sólo sonreía y caían como moscas. Mucho más desde que empezamos a ser conocidos. Obviamente que si yo hubiera sabido que a mi hermano le gustaba no hubiera hecho nada. Él es por mucho, la persona más importante para mí. Y por eso me ofendí cuando me lo contó. Sigo sosteniendo que tendría que habérmelo contado, nos hubiésemos ahorrado un montón de situaciones penosas.
Esa noche en el boliche, me encontré con una persona totalmente diferente. Tom era otro. No lo reconocí. Mientras se desahogaba y me contaba entre sollozos todo lo que había aguantado, lo que él sintió, me quise morir. Y también me sentí culpable. En parte por mi culpa (obvio que sin saber de ello) él estaba sufriendo. Me contó como le costaba dormir por las noches cuando ella estaba en casa, conmigo. Me acordé de esa noche que Tom se levantó de la mesa sin dar explicaciones, la complicidad que él tenía con ella, porque decía que sí a todo lo que ella proponía y una vez más me sorprendí por no haberlo notado. Se supone que tengo que estar conectado de alguna manera con él. Bueno, juro que no me di cuenta de nada. Creí que Kessi le caía bien, yo nunca había llevado una chica a casa y por eso Tom nunca interactuó con ninguna que no fuera a tener algo con él. Y entonces apareció ella. Era divertida, de verdad que la pasábamos bien juntos. Pero cuando conocí a Danz todo cambió. Tuvimos química desde el primer momento que nos vimos, teníamos los mismos gustos, frecuentemente nos interrumpíamos para decir las mismas cosas y saltaba a la vista que era un bombón. Cuando hicimos ese viaje a la casa de playa de Georg ahí sentí que algo andaba mal. Ya no sentía tantas ganas de estar con Kessi. Pasa que no sabía como decirle las cosas. Tenía miedo de lastimarla. Luego vino el viaje a España y creí que tomando distancia iba a poder poner las cosas en orden. Eso significaba olvidarme de Danz y dedicar mis pensamientos a Kessi. Pero no pudo ser. Cada vez que escuchaba el teléfono salía corriendo a atender, esperando la voz de Danz del otro lado. Y cuando llegamos me di cuenta que no podía seguir adelante con toda esa farsa. No soy una persona de malos sentimientos y por supuesto no iba a estar con Kessi cuando estaba pensando en su amiga, así que decidí decirle todo a Danz. Tuve una charla con ella por teléfono en donde le dije que teníamos que hablar sobre nosotros dos. Me dijo que ella también necesitaba hablar conmigo pero que ella me llamaría para arreglar una cita. Sólo que no aguanté y me mandé al centro sin tener en cuenta las consecuencias. Yo no sabía que Kessi estaba en el centro ni que Danz había citado a Tom. Le dije que estaba enamorado de ella, que todo saltó en ese viaje a la playa. Ella me dijo que también sentía cosas por mí y bueno…la besé. Y ahora vengo a enterarme que tanto Tom como Kessi me vieron. Fui un estúpido, eso me pasa por actuar sin razonar antes. Ese fue el día que ellos estuvieron juntos. Juro que el corazón me dio un vuelco al ver a mi hermano llorar, mientras me contaba omitiendo algunos detalles, de cómo se estaba consumiendo por ella. Y yo que creía que Tom había nacido inmune a esas cosas! Me dijo que la amaba, que ella lo había abandonado, que lo había dejado solo y sin más ganas de nada. Se apoyó en mi regazo y así se quedó llorando en silencio, hasta que se quedó dormido. Lo tuvimos que llevar entre 4. Cuando llegamos a casa lo acostamos y con los chicos nos sentamos en la sala. Entonces Georg me dijo que él ya sabía todo. Gus se quedó tan sorprendido como yo, aunque tenía una leve sospecha porque según él Tom estaba portándose de manera “rara”.
No estaba seguro de lo que tenía que hacer, sólo sabía que no podía dejar que mi hermano siguiera sintiéndose así. Entonces tomé la decisión de hablar con Cuca. El tenía que saber donde podía encontrarla. Lo llamé y le dije que necesitaba hablar con él, que era algo urgente y a la media hora lo tenía en casa.
Le pregunté donde estaba ella.
-Me dijo que no dijera nada…-dijo
-Por favor Cuca, no sé que hacer. ¿Vos viste el estado en el que estaba Tom? no puedo verlo así. Dice que sin ella no quiere seguir más….ayudame hermano...por favor.
Se quedó en silencio unos minutos y luego escribió algo en un papel. En ese pedacito de papel estaba el futuro de mi hermano.

CAPITULO 20

-Tom, otra vez te equivocaste!- dijo Bill mirándome con enfado. Habían tenido que parar el ensayo tres veces por mi culpa.
Suspiré y negué con la cabeza. No podía seguir haciendo como si no pasara nada. Dejé la guitarra a un costado y salí de la sala de ensayos. Prendí un cigarrillo y me senté en el cordón de la vereda. Ya había pasado un mes de aquel día en que leí la carta. Esa noche llegué y subí directamente a mi habitación, sin hacer caso a los gritos y amenazas de Bill. Sé que estaba sinceramente preocupado, ya que yo no estaba comportándome como una persona adulta. Pero sentía tanta rabia que no quería agarrármelas con todos, por eso evitaba encontrarme con la gente. Excepto con Georg, que por lo menos no hacía preguntas incómodas.
Entonces escuché algunos grititos y levanté la cabeza, algo sorprendido. Un grupo de chicas corría hacia mí. Algunas lloraban y otras sacaban fotos. Decidí quedarme, no quería hacerles un desplante. Después de todo gracias a ellas nosotros estábamos donde estábamos. Me rodearon unas 10 chicas, así que poniendo la mejor de las sonrisas, accedí a sacarme algunas fotos, y firmar autógrafos. Admito que las cosas que me decían las chicas generalmente me hacían sentir mejor, pero ese día no produjeron ningún efecto en mí. Para colmo había una de ellas que tenía el pelo rubio y largo y de nuevo me encontré anhelando su perfume. La chica me sonrió pícaramente y por supuesto le devolví la sonrisa. Luego anotó algo en un papel y me lo puso en la mano.
Cuando se alejaron escuché la puerta abrirse. Eran Bill y Gus.
-¿Te volviste loco, Tom?-preguntó mi hermano parándose a mi lado.
-Sólo eran fans. No hagas tanto teatro…
Bill hizo un gesto obsceno con la mano y entró de nuevo en la sala. Me encogí de hombros y miré a Gus que se sentaba a mi lado.
-Mirá Tom, no sé que es lo que te anda pasando y tampoco voy a preguntarte nada, pero a veces uno tiene que hacer a un lado los problemas, tenemos que terminar el disco…aparte tené en cuenta que nosotros somos tus amigos, si vos estás mal, de alguna manera afectas al resto. Si te sirve de algo, creo que te haría bien desahogarte…
Asentí y apagué el cigarrillo. Gus tenía razón, después de todo no era la única persona en el mundo que tenía problemas. No tenía que dejar que eso afectara todos los aspectos de mi vida.
Entramos a la sala y Bill me miró enojado. Me acerqué y le apreté cariñosamente el brazo, como hacía cada vez que quería suavizar las cosas con él. Mi hermano sacudió la cabeza y luego sonrió.
Ensayamos algunas horas más, esta vez sin ninguna falla. Por lo menos no de parte mía.
Terminamos tarde, eran casi las 10 cuando salimos de la sala. Los chicos propusieron salir a bailar, así que decidido a cambiar mi vida, acepte encantado.
Pasamos por la casa de los chicos, agarraron algunas cosas, pasamos a buscar a Andreas y nos fuimos todos para casa. Pedimos pizzas y por un día todo volvió a ser como en los viejos tiempos. Reíamos y charlamos animadamente. Luego subimos a ducharnos, nos cambiamos y partimos a un lugar nuevo, que se había inaugurado hacía poco tiempo.
Estacionamos la camioneta a una cuadra y nos dirigimos hacia la entrada del lugar que a esa hora estaba a rebalsar de gente. Algunas personas nos reconocieron y nos saludaban efusivamente. El guardia de la puerta nos hizo señas para pasar.
Cuando estábamos por entrar vi a Cuca, a Tekki y a algunos amigos así que aprovechando un poco el trato vip que nos daban, les grité para que se acercaran.
Nos saludamos calurosamente y entramos.
El lugar era espectacular. Grande, con una decoración algo futurista y a la vez gótico. Las luces de todos colores iluminaban por todas partes y la gente que había tenido la suerte de conseguir lugar, bailaba alegremente en todos los lugares posibles.
Se nos acercó una morocha muy linda que nos condujo a un sector algo apartado, pero mucho mas íntimo. Casi siempre que visitábamos un lugar nuevo nos trataban igual. Nos daban los mejores lugares y nos dispensaban el mejor trato. Con respecto a esto no tenía la más mínima objeción.
Cuca y Tekki estaban algo cohibidos al principio, a pesar de que ambos trabajaban con una banda que era bastante conocida, todavía no se acostumbraban a ser tratados de otra manera. Nos sentamos todos en unos mullidos sofás de colores chillones y nos pusimos a charlar. Nos presentaron a varias chicas, casi todas modelos y muy lindas. Pero por alguna razón no podía actuar como el “viejo” Tom. Los chicos estaban eufóricos. Georg estaba muy contento hablando con una pelirroja infartante y Gus hacía lo propio con una rubia. Bill como siempre, no hacía nada, sólo sociales. Hablaba con todos y seguro los cansaba con su parloteo permanente. En eso éramos bien distintos. Yo era más reservado, me gustaba hablar con la gente pero hasta ahí, en cambio mi hermano era un parlanchín sin remedio. Si uno le daba cuerda, podía estar horas hablando sin parar.
-¿Bailás?- me preguntó una hermosa chica de pelo largo y negro.
Le sonreí y la seguí a la pista. Se movía muy bien y pronto me encontré con mis manos en sus caderas. La morena me miraba felínamente y el alcohol ya me estaba empezando a hacer efecto.
Bailamos pegados un buen rato hasta que ella acercó su boca para besarme, y juro que no se porque lo hice, sólo eché mi cabeza hacia atrás, alejándome del contacto que ella quería y me aparté. ¿Pero qué me estaba pasando?? La morocha se me quedó mirando entre sorprendida y obviamente, ofendida. Luego se dio media vuelta haciendo un gesto con la mano y se alejó.
Me quedé parado en la pista, tratando de recordar que hacía en esas situaciones el Tom que antes se pavoneaba con todas las mujeres y hacia gala de su éxito con ellas.
No pude recordarlo, mi cabeza y el alcohol no eran compatibles esa noche…

CAPITULO 19

Pasé la tarde con Georg y luego volví a mi casa. Bill estaba sentado en el sillón, con la luz apagada.
-Hey- le dije- ¿que pasó?
Bill me miró y suspiró.
-Dejé a Kessi, me siento terrible, ella no se merecía esto, pero hermano, no pude controlarlo, de verdad que no hubiera querido que esto pasara, pero se me fue de las manos. Me dijo que estaba bien, que uno no puede elegir de quien se enamora, que si yo era feliz estaba bien, que hiciera lo que estuviera a mi alcance para estar con Danz…me dejó mudo…yo no la merecía
-Tenés razón-dije sentándome a su lado
-¿Qué?- me preguntó
-Que tenés razón…no la merecías, ella es fuera de serie hermano
-Gracias por hacerme sentir peor….
Se paró y se fue a su habitación. En los días siguientes no supe nada de ella. Me metí a full en el disco que iba a salir en unos mese y traté de no pensar en ella.
Era casi imposible porque siempre alguna cosa, por mínima que fuera, me la recordaba. Por las noches me costaba dormir porque cada vez que cerraba los ojos se me aparecían los suyos y cuando conseguía dormirme soñaba con ella. Era un martirio constante.
Una tarde estaba viendo televisión cuando Bill entró. Se sentó a mi lado y me dijo:
-Kessi se fue…
Lo miré como si me hubiera dado un mazazo en la sien. Quise decir algo pero las palabras se me enredaron en la boca. Parpadeé unos segundos hasta que el alma me volvió al cuerpo.
-¿Cómo que se fue?- dije- Se fue ¿adónde?
-Ni idea…me dijo Danz que hacía unos días que no iba a ensayar ni nada…y bue, Cuca les dijo que ella se había ido
No pude seguir escuchándolo más, me levanté de un salto y salí de mi casa corriendo. Me subí al auto y manejé hasta el centro en tiempo récord. Bajé a toda velocidad y encontré a Cuca, que estaba hablando con una chica. Ambos se giraron cuando me vieron entrar hecho un huracán. Cuca le dijo algo a la chica y se me acercó.
-¡Tom! ¿te sentís bien?- preguntó
-Dónde está, por favor…necesito que me lo digas…necesito verla- dije agarrándolo por la remera.
Cuca me miró con pena y me hizo señas de que lo siguiera. Me hizo entrar en una especie de oficina y me alcanzó una botellita de agua. Tomé sin respirar y luego lo miré.
-¿Dónde se fue?- le pregunté nuevamente
-Ella se fue…no puedo decirte donde…me pidió que no te dijera nada
Me llevé las manos a la cabeza, sin poder creérmelo todavía. Se había ido de mi lado.
-Pero me dejó esto para vos- dijo sacando un sobre del bolsillo de su campera.
Asentí despacio. Luego salí y nuevamente conduje sin rumbo hasta que llegué a una placita.
Me senté contra un árbol y abrí la carta.
“Tom:
Mi Tommy…perdoname que me haya ido así, sin despedirme ni nada, no iba a aguantar una mirada tuya. Me encantaría decirte que voy a volver, pero no lo sé…necesito pensar en todo lo que pasó, asimilar las cosas. De nuevo gracias, porque si no hubiera sido por vos no hubiera aguantado lo que Bill me dijo. Me ayudaste a no derrumbarme. La noche que pasamos juntos fue hermosa, no pienso que yo sea especial, pero con vos lo sentí, me hiciste revivir emociones que hacía mucho que no sentía. Sos, lejos, la persona más especial y única que conocí en mi vida
Te quiero mucho. Con amor Kessi”
Eso era todo. No había más. Releí la carta varias veces más, como tratando de descubrir algún mensaje oculto. Noté como se me empañaban los ojos y se humedecían. Tragué con dificultad y cerré los ojos, lo que hizo que dos lágrimas resbalaran por mi cara.
Y lloré. Lloré por lo que había sido y por lo que no iba a suceder. Lloré por ella y por mí. Tenía un nudo en la garganta y se me hacía difícil respirar. ¿Por qué me hacía esto?.
¿Es que acaso no le bastaba con saber que yo vivía para ella?
Quería morirme ahí nomás para no seguir sintiendo ese dolor en el pecho. Las imágenes se me desdibujaban, la cabeza me daba vueltas. Guardé la carta en el bolsillo y me abracé el cuerpo, temblando.
No sé cuanto tiempo pasé ahí, sólo que cuando conseguí pararme era de noche.
Caminé a los tumbos y me apoyé en la puerta del auto. Miré la hora en el celular, eran casi las once de la noche y tenía 7 llamadas perdidas, todas de Bill.
Recuerdo que manejé como perdido, sólo viendo las luces de las calles y prestándole casi nada de atención a los semáforos. Si llegué vivo fue de milagro. Aunque me hubiese gustado morirme esa misma noche. Lástima que uno no tiene el poder de elegir su hora.

CAPITULO 18

Subí al auto y conduje hasta mi casa, sintiéndome de lo peor. Cuando entré Bill estaba hablando por teléfono y colgó en cuanto me vio cruzar la puerta.
-Tom, ¿donde te habías metido?- dijo viniendo hacia mi con el teléfono en la mano
Lo miré con rabia y subí a mi habitación, lo escuché subir las escaleras y luego golpearme la puerta.
-Tom, ¿podés abrir? Necesito hablar con vos, por favor, es importante…
Le abrí y me crucé de brazos esperando que me dijera algo. Me miró de arriba a bajo, deteniéndose en mis pantalones que estaban llenos de barro y húmedos.
-Tom…¿dónde estuviste?
-Ibas a decirme algo, ¿que pasó?
Bajó los hombros y entró a mi habitación. Se sentó en la cama y me miró.
-Emmm, no sé como empezar…Kessi viene para acá
-¿Y eso que tienen que ver? Es tu novia, ¿no?- dije marcando las últimas palabras
-Sí…bueno, es que necesitaba hablar con ella, bah con los dos…
Sabía de lo que quería hablarme, pero me sentía tan estúpido que no hice nada para facilitarle las cosas.
-Con los dos, o sea con Kessi y conmigo…¿y se puede saber de que querés hablar?
Bill se paró y empezó a pasearse por la habitación, hacía eso cuando estaba nervioso.
-Mirá Bill, si vas a decir algo, decilo ahora, estoy algo cansado…quiero ir a bañarme.
-Está bien…te espero abajo, cuando termines bajá.- Y salió de la habitación.
Me duché sin apuro y me puse una bermuda negra y una remera blanca. Bajé a la sala para encontrarme con Bill y Kessi.
Traté de actuar normalmente, aunque quería partirle la boca de un beso. Ella me dio un beso en la mejilla y se sentó. Evitaba mirarme a los ojos.
-Bueno hermanito…que es eso tan “fatal” que tenés para decir para que hagas reunión de consorcio…-dije sentándome en un sillón enfrente de ellos.
Bill me miró con reproche y bajó la mirada.
-Bueno…emmmm, la cosa es que…esto es difícil…y quiero pedirles perdón de antemano…-dijo y se volvió a quedar en silencio.
-Dale Bill, hablá de una vez!- dije resoplando. Kessi me miró brevemente y sacudió la cabeza.
-Estoy enamorado de Danz- dijo rápidamente, como si soltándolo así, de esa manera, fuera más fácil.
-¿Eso era todo?-dije echándome a reír
Bill me miró con la boca abierta. Kessi seguía en la misma posición, aunque ya lo sabía, escucharlo de su boca debía ser horrible para ella.
-¿Qué?...Tom…Kessi…perdón…-dijo mi hermano escondiendo el rostro entre sus manos. Kessi levantó la vista y lo miró. Se notaba que estaba haciendo un esfuerzo grande para no abrazarlo.
-A mí no tenés que pedirme perdón- dije- a Kessi es a quien tenés que dar explicaciones.
Bill me miró y asintió. Luego miró a Kessi y agarró su mano. Ella no dijo nada, sólo se limitó a mirarlo.
-Bien- dije levantándome- los dejo solos
Vi cómo Kessi me echaba una mirada suplicante y salí de la casa. Juro que en ese momento quería tirarme de un puente. Subía al auto y apoyé mi cabeza en el volante. Estuve así unos minutos hasta que sentí unos golpecitos en la ventanilla.
Me asusté y para mi sorpresa vi a Georg que me miraba con preocupación. Le hice una seña para que subiera y partimos.
-Hey, ¿que pasó?- preguntó cuando estábamos a unas cuadras de casa.
-Bill está hablando con Kessi- dije mirando hacia adelante.
-Mmmm, ¿problemas?
-Ni te imaginás…Bill está enamorado de Danz- dije sonriendo de lado.
Georg se quedó callado unos 3 segundos y luego me dijo que fuéramos a su casa.
Llegamos, bajamos y nos sentamos a tomar algo en la cocina.
-A ver…contame- dijo alargándome una cerveza fría.
-Anoche fui al centro porque Danz me llamó para hablar conmigo, bue…resulta que llegué antes de lo previsto y me encontré con que Bill le estaba declarando su amor.
Georg asentía y me miraba.
-Ajá….y ¿qué más?
-Eso, Bill llamó a Kessi y le soltó sin anestesia que está enamorado de su amiga, ¿cómo la ves?
-Y vos, ¿qué onda?-dijo mirándome a los ojos. Conocía esa miradita. Georg podía leerme como a un libro. Rara vez podía ocultarle algo.
-Estoy muerto por Kessi- dije finalmente
-Eso ya lo sabía- dijo sin inmutarse.
Lo miré esperando que me dijera más.
-Sí Tom, pocas personas te conocen como yo, incluso más que Bill…lo supe la vez que fuiste a ver su “ensayo”, lo dijiste de una manera que no pude pasarlo por alto.
Asentí y apoyé la cerveza en la mesa.
-Ella ya lo sabe- le dije- pasamos la noche juntos.
Ahora Georg se echó a reír.-No perdés las mañas- me dijo
-No, esta vez es diferente Georg, te juro que nunca me había pasado algo así. Vos sabés que estuve con miles de chicas y nunca había pasado esto. Me siento fatal.
-Y sí…después de todo te acostaste con la novia de tu hermano…-dijo
-No es por eso, no me arrepiento para nada, es más lo volvería a hacer mil veces más, es sólo que ella está enamorada de Bill, y ¿yo qué puedo hacer contra eso?
-Amigo, estás para atrás, de verdad que no parecés el mismo Tom de siempre.
-Me enamoré de la mujer equivocada, y me estoy muriendo por saber que es lo que pasa por su cabeza ahora.