Salimos del lugar y fuimos a mi casa. Casi no llegamos a la habitación, nos besábamos con rabia, casi haciéndonos daño, estuvimos casi a punto de caernos por las escaleras en un intento por sacarnos la ropa. Caímos en la cama jadeando, ella todavía tenia puestas las medias de red, pero estaba tan excitado que hundí mis dedos en ellas y se las desgarré. Ella soltó una risita y me besó mientras me desabrochaba los pantalones. Esta chica era de armas tomar y eso me volvía más loco. Tenía un cuerpo perfecto, le besé el cuello y ella gimió. Hicimos el amor con tal furia que se rompió una de las patas de la cama, bien, mala suerte, compraré otra. Terminamos tirados en el piso, desnudos y jadeando.
Prendí un cigarrillo y ella me pidió uno. Y entonces volví a pensar en ella. Por qué tenía que arruinarlo todo! Danz me miró, tenia la espalda apoyada en la pared y me hizo un gesto para que me sentara a su lado. Me senté. No sabía que decir…
-¿Quién es ella?- me preguntó largando el humo por la boca.
La mire sorprendido. ¿Qué sabía ella? Dicen que las mujeres intuyen esas cosas. Debe ser verdad, ya que por dentro me estaba muriendo.
-¿Quién es qué?- pregunté tratando de parecer indiferente. Tampoco lo logré esta vez. Tendría que tomar clases de teatro en un futuro.
-¿Quien es la mujer que ocupa tu cabecita ahora?- me dijo sonriendo
-Ah, es una historia larga...pero ya no tiene importancia
- Me resulta difícil imaginarte enamorado…siempre pensé que eras mas bien, algo…desinteresado
-Siempre hay una primera vez para todo…-dije sonriendo
- Bueno, quienquiera que sea, es una suertuda. ¿Querés que bajemos a tomar algo?-me preguntó apagando el cigarrillo
Asentí. Nos vestimos en silencio y bajamos. Prepare café para los dos y nos sentamos.
Estuvimos hablando de muchas cosas, excepto de ella. Yo sospecho que Danz siempre supo que estaba enamorado de Kessi, pero tuvo la sensatez de no mencionármelo nunca. Y también creo que podría haberme enamorado de ella, sólo que en ese momento mi corazón solo tenía espacio para una sola persona y no cabía nadie más. Lleve a Danz a su casa y quedamos en vernos al otro día. Me acosté en la cama rota y me quede pensando en lo que había pasado esa noche. Me dormí pensando en medias de red y pelucas…
Encargué una cama apenas me desperté, no podía seguir durmiendo así. Bill bajaba las escaleras cuando dos grandotes estaban entrando mi nueva y flamante cama.
-Hey, ¿qué pasó?- preguntó mirando todo con los ojos abiertos
-Se me rompió la cama y me compré otra!- dije como si fuera lo más elemental del mundo
-Ah… ¿y cómo se rompió si puede saberse?- dijo cruzándose de brazos.
-¿No te lo imaginás?- dije mirándolo con desafío
Bill abrió la boca para decir algo, pero al final se limitó a sacudir la cabeza y se fue para la cocina.
Me preparé un desayuno a lo grande, la nochecita con Danz me había dejado exhausto. Mientras preparaba el jugo escuché que la puerta se abría. Pensé que era Bill así que no di bola y seguí con lo mío. Pero dos manos me taparon los ojos. No estaba para bromas así que me giré bruscamente tirando todo el jugo sobre el bromista.
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