Me desperté al día siguiente con un dolor de cabeza martillante. Me había tomado todo lo humanamente bebible y me había acostado enojado con todo el mundo.
Sólo a mí se me ocurría fijarme en una chica y que ella se fijara en Bill. Sé que mi hermano tiene su encanto y todo eso, no en balde éramos hermanos, pero creo que nunca una chica me había ignorado tan olímpicamente para fijarse en él!.
¿Tendría que resignarme? Decidí que no, total mi hermano la había visto sólo una vez y no era muy factible que la volviera a ver, así que barajando esa posibilidad bajé a tomar el desayuno sintiéndome un poco mejor.
Bill estaba desayunando con Andreas que se había quedado a dormir en casa. Ambos reían a carcajadas cuando entré en la cocina.
-¿Qué es eso tan gracioso?- pregunté sentándome con ellos.
-Nada, Andreas estaba contándome un chiste- dijo Bill sirviéndome un poco de café.
-Che, Bill, contame de la minita de ayer!-dijo comiéndose una medialuna.
No, no otra vez!
-No sé, salíamos del baño justo cuando ella salía del suyo y chocamos de frente con ella, bah, Tom chocó de frente con ella. Ahora, nunca vi una chica tan linda…¡qué ojos!! ¿No Tom?
Yo asentí y me levanté a lavar mi taza. Esta charla estaba tomando rumbos que no eran de mi agrado, pero tampoco podía irme así porque sí.
-¿y entonces que onda?- preguntó Andreas- digo, ¿le preguntaste su nombre al menos?
Bill negó con la cabeza.
-Ah, pero ya la voy a encontrar! Como dice el dicho: “el que busca, encuentra”
Y vaya si la encontró. Como a los tres días íbamos caminando al estudio de grabación cuando la vemos salir de una librería. Bill me dio un codazo y señaló en su dirección. Me quedé momentáneamente helado.
-¡La voy a saludar!-dijo Bill y cruzó la calle corriendo. Quise decir algo pero no me salió una palabra. Vi como él se acercaba y se le plantaba al frente. Ella levantó la vista y se le cayeron todos los papeles al piso. Genial!-pensé- no sólo le gusta sino que también pierde la coordinaciٌón cuando lo ve!
Por supuesto mi hermanito, todo caballero, se agachó a ayudarla. Ella le sonrió y yo casi me tiro debajo de un auto.
Después hablaron unos minutos y ella le anotó algo en un papel. Se despidieron con un beso y ella se quedó mirando como mi hermano se alejaba.¡El mundo se había vuelto loco!
Estuvimos toda la tarde en el estudio, haciendo unos arreglos al disco que tenía que salir en unos meses. Bill estaba tan feliz que no se le borraba la sonrisa de la cara. Y yo…bueno, yo me dediqué a full a los arreglos…
……………………………………………………………………………………………………
Bill estaba revolviendo el placard y el piso estaba lleno de ropa. Me apoyé en el marco de la puerta y le pregunté que se le había perdido.
-Estoy buscando la remera negra con la calaverita roja, ¿la viste?- preguntó con medio cuerpo dentro del placard.
-No, pero Bill, tenés más ropa que cualquier tienda de shopping, poneté otra!
-No, es que yo quiero ponerme esa! Además quiero verme bien!- dijo impacientándose.
-¿Vas a salir?- pregunté agachándome a su lado.
Bill sacó la cabeza del ropero y me sonrió.
-¡Voy a salir con Kessi!
-Eh, y quién es Kessi?- pegunté algo desorientado
-El bombón del otro día!
Se me cayó la mandíbula al piso. ¿Qué? Iba a salir con “mi” diosa????
-¿Podés creerlo?- me preguntó- Yo no caigo todavía!
Ni yo, ¿es que todos se habían vuelto locos???. De repente me entraron unas ganas locas de dar patadas. Pero mi hermano no tenía la culpa. Mala suerte para mí. Me habían ganado de mano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario