CAPITULO 1

No puedo describir lo que sentí en ese momento, sólo que nunca me había pasado algo parecido. Me acuerdo que ese día hacía un calor agobiante por lo que decidí tomarme un bus por las cuadras que separaban el estudio de casa. El auto estaba en el taller así que no tuve otra opción. O quizás fue el destino. El bus estaba casi lleno pero pude conseguir un lugar sin dificultad, cerca de la puerta cosa de que me diera el aire cada vez que alguien bajara.
Entonces subió ella. La chica más increíble que había visto en mi vida, y eso era cosa difícil pues había visto muchísimas mujeres en mi vida, y muchas muy lindas.
Estaba enfrascada en una discusión con su compañero, un flaco que parecía sacado de una revista, fachero, buen cuerpo, sonrisa de propaganda…era más que seguro que esa diosa era su pareja. En conjunto quitaban el aliento a cualquiera, como pude apreciar en las miradas de la gente.
“…No, vas a ver que va a quedar perfecto, sólo que esta vez hagas una entrada diferente…mirá- dijo sacando una libreta y una lapicera y haciendo unos gráficos en el papel- vos vas a estar colgada del arnés justo acá, en el medio…”
Y ella le respondía haciendo dibujitos también, de todas maneras no entendí ni una palabra, sólo podía fijarme en los ojos de esta chica. Eran de un verde muy claro, y el pelo de un color miel que caía en ondas por su espalda…perfecta.
Unas paradas más adelante el flaco bajó gritándole unas cosas y saludándola con la mano. Así que en parte estaba feliz de que no fueran pareja. Ella se corrió un poco buscando un lugar cerca de la puerta así que por unos momentos la tuve parada a unos centímetros. Podía sentir el olor de su pelo cada vez que el viento daba en nuestra dirección. Y entonces se bajó. Dejándome aturdido y desolado.
La vi entrar a un lugar que tenía un gran cartel pintado a mano que decía: “Centro Cultural La nave”.
Bueno, al menos era algo, tenía una dirección donde buscarla.
Llegué a casa y me tiré en un sillón, pensando en sus ojos. Tenía que volver a verla.
Por suerte para mí esa noche no pude pensar en nada, había tenido un día bastante movidito así que apenas apoyé la cabeza en la almohada caí muerto.
Al día siguiente me desperté, me duché, desayuné con Bill y salí corriendo al centro, esa tarde me entregaban el auto así que adiós al bus…Llámenme snob, pero cuando uno se acostumbra al auto, los demás transportes alternativos no son una opción.
El centro cultural este era una casona antigua convertida en casa de cultura o algo parecido. Entré y no vi a nadie, sólo se escuchaba música y me asomé a una gran puerta que había a un costado. Había como 20 personas corriendo de un lado a otro. Algunos haciendo piruetas, otros malabares y una banda que ensayaba. Por supuesto nadie me miró, ya que cada uno estaba concentrado en sus tareas. Vi al rubio del colectivo que daba indicaciones a un grupo de chicos. Entonces la vi a ella. Estaba suspendida en el aire por un arnés y daba vueltas en el aire. Me quede sin respiración unos segundos, viéndola deslizarse por el lugar. Vestía unas calzas de color amarillo fuerte y un top negro. Me hubiera quedado allí todo el día pero una vocecita me sacó de mi letargo.
-Hola…buscás a alguien?- dijo una rubiecita parada detrás mío.
-No, perdón, es que entré y no vi a nadie…
-Si, disculpá, es que con tanto ruido y los ensayos no escuché…en fin, ¿en qué te puedo ayudar?- preguntó agarrando unos papeles del un mostrador que hacia de escritorio.

Ya me había olvidado para que había ido, pero por suerte me acordé a tiempo.
-Ah, si…clases de guitarra…
-¿Das clases de guitarra? Genial!-dijo sonriendo
-No, yo, eh…quería saber si ustedes daban clases de guitarra, es que yo tomaba clases pero bueno, nos mudamos y me gustaría seguir…
La chica me miró y sacudió la cabeza.
-No, acá por ahora no damos clases, nos gustaría pero…a ver dame un minuto que averiguo, ¿si?- dijo y se metió por la puerta en donde estaba ensayando mi “diosa” y apareció a los minutos con un flaco de lo más bizarro. Tenía la cabeza totalmente rapada y un tatuaje en la cara de un indio bailando. Cosa extraña pero le quedaba bien, incluso el tatuaje quedaba bien en su cara.
-Hola- me dijo alargándome la mano- me dijo Lula que estás buscando un profesor de guitarra…
-Si, eh, bueno, me gustaría seguir con las clases ya que cuando me mudé abandoné un poco…
-A ver, dejame ver…creo que Spencer te puede ayudar, si aguantás unos minutos, el ensayo ya está terminando y te lo presento...
-No hay problema…me llamo Tom…
-Ah, sí, Cuca…así que ¿te mudaste hace poco, eh?
-Bueno, sí, cosas de trabajo...
No pudimos seguir hablando porque las puertas se abrieron y salieron todos hablando a la vez. Ella salía hablando con una chica muy linda también y reía. Tenía una sonrisa espectacular, la vi mucho más hermosa que la tarde anterior. Entonces le sonó el celular y se corrió a un costado para hablar.
-Hola…si! Ahh, que hacés loca!! Jajaja, estoy saliendo del ensayo! Si, si, ¿el viernes?...a ver aguanta que pregunto..- tapo el teléfono con una mano y dijo:
-Teki! Dice Danz si el viernes vamos a Freak!! Llegó hace un rato! Que te quiere ver!
Teki era el rubio. Estaba hablando con el que cantaba en la banda y le hizo señas a la diosa de que sí, que iba a ir.
-Ok, entones el viernes nos vemos en Freaks, ¿sí? Dale, te dejo mil besos ami!!!-dijo y cortó. Luego se sentó a hablar con una amiga mientras yo miraba todo con ojos de ternero a punto de ser degollado. Por supuesto tampoco me miró esta vez, y su indiferencia ya estaba empezando a caerme mal. No porque ella tuviera que fijarse en mí, pero estaba acostumbrado a que las chicas quisieran llamar mi atención y a veces mi vanidad me jugaba malas pasadas.

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